27 de may de 20163 min.

¿Por qué seguimos consumiendo agua embotellada?

¿Recuerdan mi aversión por el plástico? Hace aproximadamente un año circuló una noticia la cual afirmaba que México es el país que consume más agua embotellada en el mundo, sí, como lo leen el número 1.

Ya he tratado anteriormente la problemática del plástico, es más tenemos una campaña en Facebook #nomasplastico (que les invitamos a compartir con sus conocidos); pero en esta ocasión sólo quiero hacerles ver que tan valiosas son nuestras decisiones y cuando no las hacemos valer alguien más se está beneficiando de nuestra ignorancia-

Una de las principales afectaciones de consumir agua embotellada es la sobreexplotación de los mantos acuíferos de nuestro país por parte de empresas transnacionales, que buscan hasta el cansancio (casi como ExxonMobil pero con el agua) exprimir hasta la última gota de estos mantos para dirigirse al siguiente y realizar el mismo procedimiento. Lo triste es que nosotros continuamos comprando estos productos en vez de hacer frente y es nuestra apatía y pensamiento irracional de que "no pasará nada, sólo 1 botella".

Desde los años 90’s el negocio del agua embotellada comenzó a ser una mina de oro gracias a fuertes campañas de marketing; recuerdan campañas de “tómate tus dos litros de agua” o la señora loca buscando “agua sin sodio”, o la artista del momento tomando agua para “satisfacer su sed” (creo que todavía resuena en mi cabeza el jingle de Electropura). En fin, tuvimos cientos de campañas que reforzaban el consumo de agua embotellada y lo peor es que nos la creímos y fuimos como zombies a comprar nuestra agua. Al principio era raro ver a alguien con una botella de agua, ahora es raro ver a alguien con su termo de metal.

Ahora, ¿quiénes ganan en este negocio?, pues las grandes refresqueras Coca-Cola, Pepsico, Nestlé y Danone. Desde hace más de 25 años se han enriquecido tanto por las ventas de este producto, como por las negociones que hacen con los gobiernos en turno. Estos monstruos corporativos “adquieren” la mejor agua a precios risibles ya que suelen venderla hasta 5,000% más de lo que les costó comprársela al Estado. Igualmente, las concesiones que suelen darse son por un número amplio de años, así que todavía hay utilidades para el futuro.

Les propongo ir con sus gobernadores de cada estado y preguntarles si les dan una concesión de estas, sólo por diversión a ver que les dicen; eso sí, lleven consigo $2,600 pesos porque eso es lo que paga Coca-Cola Femsa por cada una de las concesiones que tiene.

Regresando al tema, en general un mexicano promedio consume 234 litros de agua embotellada al año. Esto representa el 46% de la distribución total de toda Latinoamérica, seguido de Brasil y Argentina. Ahora imagínense tener un pedazo de este negocio millonario, pues nada mal ¿no? Pepsico, Danone y Coca-Cola tiene el 82% del valor del mercado en ventas totales.

Al final, los que terminan ganando nuevamente son un puñado de personas y los perdedores somos nosotros porque ya contaminamos, ya fueron explotados nuestros mantos acuíferos y gastamos nuestro dinero en un producto que fácilmente podemos obtener colocando un filtro en nuestras casas.

Pero en todo hay dos caras de la moneda y no todo está perdido. Existen ciudades como San Francisco en Estado Unidos, donde ya prohibieron la venta de agua embotellada y caso de comprarla o venderla podrás ser acreedor a una multa que va de los $1,000 dólares en adelante. Posteriormente hablaremos de esta gran ciudad que siempre da ejemplos de cómo lograr un entorno más verde.

Nosotros tenemos el poder, siempre recuerden eso, de comprar lo que queramos. Cada vez que estamos en el super o minisúper tenemos el poder de decisión, el poder de decir “no más” y evitar este tipo de productos que sólo dañan nuestro ambiente. Piensen que cada botella de agua que evitamos es una botella menos en el océano y son $10 pesos más a su bolsa, que al año serían alrededor de $2,340 pesos (si es que consumimos con un mexicano promedio). Vamos por un México más verde.