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Selvas tropicales: ¿la cura para el calentamiento global?


Como saben el año pasado fue el más caluroso que se ha registrado en la historia de nuestro planeta desde 1880. Este 2016 pinta para llevarse este récord ya que llevamos meses registrando temperaturas muy elevadas. Lo que sucede con el calentamiento global y el incremento de la temperatura es que acarrea diversas consecuencias, uno pensaría que por elevarse el termostato 1° no pasaría nada –si en la ciudad de México no sentimos la diferencia entre 21°y 22°, ¿porque es tan importante los acuerdos que se realizaron en la COP21 pasada para que sólo se incremente la temperatura 2° como máximo?- pero en realidad a nivel global suceden cosas catastróficas como el derretimiento de los casquetes polares, el descenso vertiginoso de especies enteras como los osos polares o los diferentes reportes que recibimos a diario de la muerte de los corales de la gran barrera de coral.

Aunque ya existía evidencia innegable del calentamiento global antes del 30 de diciembre de 2015 cuando se supo que el Polo Norte se estaba derritiendo a un paso más acelerado. Sin embargo la solución para evitar el derretimiento de los casquetes polares se encuentra a millones de kilómetros de distancia, justamente en los trópicos donde la conservación y restauración de los bosques constituirá la mitad de la solución al calentamiento global; esto de acuerdo a un informe por Nature Climate Change.

La reducción de emisiones de carbono es un punto esencial para que la naciones cumplan los acuerdos de París, pero simultáneamente debemos retirar carbono de nuestro atmósfera (que es lo que las selvas tropicales hacen); esta medida de retirada haría que la reducción de dióxido de carbono fuese inmediata y muy significativa a un costo sorprendentemente bajo.

El potencial que tiene la conservación de la selva tropical para enfrentar el calentamiento global debería ser suficiente para impulsar todos nuestros esfuerzos en materia de conservación. La regeneración natural y la subsecuente protección a millones de hectáreas de selva degradada lograría una absorción masiva de carbono a medida que los árboles fuesen creciendo. Si bien es crucial que emigramos al uso de energías limpias y dejar de lado los combustibles fósiles, la realidad es que la protección de las selvas tropicales pueden suceden más rápido y con resultados inmediatos.

Existen muchos mitos alrededor de la protección y conservación de las selvas tropicales, uno de estos es que tiene un costo elevado, la verdad es otra; ya que de acuerdo a estudios Nature Climate Change una hectárea de la selva amazónica en Perú, la cual puede almacenar más de 400 toneladas métricas de CO2, puede ser protegida con tan sólo unos cuantos dólares. Lo mismo para la mayoría de la regiones en América Latina y África.

El almacenamiento de carbono tan solo es uno de lo beneficios que trae consigo la conservación de las selvas tropicales; éstas acogen a cientos de miles de especies que desconocemos. Igualmente las propiedades medicinales de las plantas no descubiertos y no estudiados pueden ser la clave para tratar con éxito el cáncer y otras enfermedades mortales.

Las selvas tropicales son vida y llevan oxígeno y agua dulce a todo el mundo, tan sólo el río Amazonas contiene por sí sola el 20% de las reservas de agua dulce mundial. Las selvas actúan como un motor natural que mantiene los ecosistemas tropicales funcionando sin problemas.

Somos conscientes del daño que ha sufrido la selva amazónica a lo largo de los años, sobretodo por la tala y explotación forestal; aunque existe un lado positivo ya que la selva que una vez fue destruida o talada, es increíblemente resistente siempre y cuando se le permita regenerarse. En 10 años, una reforestación apropiada puede crecer hasta 15 metros de alto y mucha de la diversidad de la vida silvestre puede regresar en los primeros 3 años.

La deforestación en el nombre del desarrollo económico se ha producido de forma rutinaria durante muchas décadas sin tener en cuenta las devastadoras consecuencias. Es completamente insostenible para el planeta que los gobiernos continúen otorgando concesiones, subvenciones y ventajas fiscales a las empresas para continuar con la tala inmoderada, la extracción de petróleo, la minería de minerales, los incendios, las plantaciones de aceite de palma, la agricultura comercial a gran escala, la ganadería y la construcción de carreteras. Existe un límite de supervivencia de las selvas y estamos llegando a este, en pocos años ya no tendremos selvas que regenerar.

Para todos aquellos quienes deseen hacer frente al mayor reto ambiental que tiene nuestro planeta, no cabe que duda que la preservación, conservación y regeneración de nuestros bosques y selvas tropicales es donde debemos comenzar.

Vía: Washington Post

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