México se seca: la sequía avanza y las temperaturas rompen récords… y va para peor

Medio México se está secando… literalmente. Pero claro, sigamos pensando que con una "lluviecita" se arregla todo. Mientras tanto, la sequía avanza silenciosa, el calor no da tregua y el agua se convierte en un lujo cada vez menos silencioso. ¿Estamos tomando en serio lo que esto significa?

La mitad del país ya está en sequía (y va para peor)

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el 49.4% del territorio mexicano registró condiciones de sequía al 15 de mayo de 2025. Sí, eso es casi la mitad del país lidiando con escasez de agua... y la tendencia va en aumento.

Hace apenas un mes, el porcentaje era del 45.8%. Y aunque es menor al 70.8% registrado en 2024, la situación actual sigue siendo alarmante.

El noroeste: foco rojo por falta de lluvia

El Monitor de Sequía de México señala que el noroeste del país es la zona más crítica, con Sonora y Chihuahua encabezando la lista negra. ¿La razón? Una circulación anticiclónica que mantiene temperaturas altísimas y cero señales de lluvia.

Actualmente:

• 16.9% del país sufre sequía extrema

• 12.4% enfrenta sequía excepcional (la categoría más grave)

Las entidades más afectadas son:

• Chihuahua, Sonora y Sinaloa, con 100% de su territorio bajo algún nivel de sequía.

• De ese total, el 97.5% en Chihuahua, 96.5% en Sonora y 91.7% en Sinaloa viven condiciones extremas o excepcionales.

Onda de calor: bienvenidos al horno mexicano

¿Pensabas que ya habíamos llegado al límite? El SMN advirtió que la onda de calor seguirá afectando a 27 estados. Entre ellos: Ciudad de México, Estado de México, Jalisco, Nuevo León, Veracruz y Yucatán.

Y sí, las temperaturas seguirán entre los 40 y 45°C en al menos 22 de esas entidades. En la CDMX se espera una máxima de 35°C. Así que guarda el suéter y prepárate para más noches de insomnio, cortes de agua y memes que ya no dan risa.

¿Qué pensamos en #PlanetaB? Si seguimos esperando, no quedará nada que regar

Mientras seguimos ignorando la crisis, los pozos se vacían y los campos se agrietan. Esto no es una exageración. Es un llamado urgente a repensar cómo vivimos, qué consumimos y por qué seguimos actuando como si el agua fuera infinita.

Seguimos hablando del calor como si fuera una incomodidad pasajera o un tema de conversación casual en el elevador, pero la realidad es mucho más seria: estamos presenciando cómo se transforma, frente a nuestros ojos, el equilibrio climático del país.

El avance de la sequía no solo pone en riesgo nuestros cultivos, bosques y reservas de agua. Está afectando ya a comunidades enteras, reduciendo la disponibilidad de alimentos, encareciendo los costos energéticos, y profundizando la desigualdad entre regiones que aún acceden al agua y aquellas que ya no.

Y sin embargo, seguimos actuando como si esto no fuera con nosotros. Le dejamos la responsabilidad al gobierno, al clima, al vecino que lava el coche con manguera. Pero cada decisión, por mínima que parezca —desde cuánto tiempo te tardas en la regadera hasta por quién votas— suma o resta en este escenario climático.

No podemos darnos el lujo de esperar que alguien más lo solucione. No podemos seguir reaccionando cuando ya es demasiado tarde.

La crisis climática no es una película distópica. Ya empezó. Y si no la enfrentamos con decisiones conscientes y urgentes, la escasez de agua no será la excepción: será la nueva normalidad.

Actúa hoy, antes de que lo urgente eclipse lo importante: infórmate, comparte esta realidad, ajusta tus hábitos, exige responsabilidad a tus autoridades y, sobre todo, deja de pensar que esto es problema de otros.

Apoya políticas públicas sostenibles y exige que tus líderes lo tomen en serio. Porque, de lo contrario, el "ya ni llover sabe" será el menor de nuestros problemas.

Si seguimos igual, el futuro no será seco. Será inviable.