¿Una estrategia Climática más? Esta vez, México quiere ponerse serio

¿Otra estrategia para salvar el planeta? Nada dice “acción climática” como una presentación con gráficos bonitos y promesas a largo plazo.

Aunque suene familiar, esta vez la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) quiere que nos lo tomemos en serio. Con la actualización de la Estrategia Nacional de Cambio Climático (Visión 10-20-40), México se compromete a reducir 140 millones de toneladas de CO₂ para 2030. Y sí, eso suena bien en papel… pero veamos los detalles.

Un plan climático a largo plazo (que ojalá no se quede en el escritorio)

Presentada por la titular de la Semarnat, Alicia Bárcena, la estrategia se divide en tres pilares: mitigación, adaptación y política climática transversal.

El objetivo es ambicioso: alinear al país con los compromisos internacionales, como el Acuerdo de París, y preparar a México para resistir los efectos del cambio climático.

El documento busca transformar sectores clave como energía, transporte, industria y manejo de residuos, donde se generan 120 mil toneladas diarias… y el 90% de ellas terminan en vertederos a cielo abierto. Sí, eso también es parte del problema.

¿140 millones de toneladas menos? El compromiso para 2030

La meta es clara: reducir 35% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030. México actualmente emite unas 784 millones de toneladas al año, lo que equivale al 1.3% de las emisiones globales. No es una cifra menor, y si se toma en serio, el impacto puede ser significativo.

Bárcena también hizo énfasis en la justicia climática: las comunidades más pobres son las más afectadas por el cambio climático. Por eso, la estrategia contempla restaurar 100 mil hectáreas de bosques y 80 mil de manglares, así como promover la economía circular y la inversión verde.

¿Y si esta vez sí hacemos las cosas diferente?

Aquí viene lo incómodo: esta no es la primera estrategia. La original se publicó hace 12 años, y aunque fue un paso importante, su impacto ha sido… digamos que tibio. La actualización que se presenta ahora debería revisarse cada diez años para mitigación y cada seis para adaptación. Pero más allá del calendario, lo que importa es la voluntad política y la ejecución real.

Porque de nada sirve una hoja de ruta si los caminos están bloqueados por la indiferencia, la falta de presupuesto o decisiones que priorizan el corto plazo. El verdadero reto será lograr que esta estrategia no solo exista, sino que se cumpla, con participación de la ciudadanía, la industria y los gobiernos locales.

¿Qué pensamos en #PlanetaB? ¿una oportunidad o un déjà vu climático?

Esta estrategia tiene potencial. Está bien estructurada, es ambiciosa y toca los puntos correctos. Pero también es cierto que el discurso climático en México ha estado lleno de buenas intenciones y pocos resultados medibles. No podemos permitir que esta sea solo otra promesa más en el archivo del olvido.

La acción climática no puede seguir dependiendo de ciclos políticos ni de modas internacionales. Si queremos un México más resiliente, más justo y más competitivo, necesitamos decisiones firmes hoy, no en 2040.

La ciudadanía, las empresas y los medios tienen que exigir rendición de cuentas. No podemos darnos el lujo de quedarnos esperando a que “alguien más” lo haga.

El cambio climático no es un problema del futuro, es una crisis del presente. Tú puedes empezar haciendo preguntas, presionando a tus representantes y tomando decisiones conscientes en tu comunidad o empresa. Infórmate, comparte, participa. Porque cada grado cuenta.