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Zimbabue: de la madera al bambú


El bambú ha tenido un boom en los últimos años por ser más amigable con el medio ambiente (siempre y cuando no se talen bosques para sembrar esta hierba); principalmente por su rápido crecimiento ya que puede alcanzar los 25 metros de altura en un período corto. Crece en casi todos los continentes a excepción de Europa; en un día una caña puede alcanzar una altura envidiable y tiene una dureza aceptable a partir del tercer año. Al lograr esta dureza se adquiere una resistencia y flexibilidad que pocos materiales tienen. Es un material sustentable ya que adicional a su rápido crecimiento puede funcionar como almacén de dióxido de carbono.

Muchos países en vías de desarrollo han descubierto en este recurso una mina de oro como es el caso de Zimbabue, específicamente en la provincia de Chipinge donde se ven observan exuberantes extensiones de bambú repartidas por el sureste del distrito. Los aldeanos están cosechando bambú mientras que ayudan a preservar sus bosques que han sufrido una fuerte deforestación con el paso de los años.

En este distrito la hierba gigante se mantiene verde todo el año, y su madera, tallo hueco vuelve a crecer rápidamente después de ser cortado. En países como China, el bambú ha sido durante mucho tiempo un cultivo industrial, pero hasta ahora ganó popularidad entre los empresarios agrícolas de Zimbabue, quienes están promoviéndolo como una alternativa a la madera tradicional.

Para Natalia Sithole, quien es una de las personas que se ha beneficiado con la venta de bambú, ha encontrado una ‘seguridad’ económica contra la pobreza mediante la comercialización de este insumo ya que puede llegar a ganar casi $120 dólares semanales. “Mi vida ha cambiado a mejor gracias al bambú, al día de hoy aparte de mi familia nuclear, puedo mantener a mis padres y parientes cercanos”, dijo Natalia.

Paralelamente quienes también están ganando de forma indirecta son los bosques de la región, ya que la planta está demostrando ser una gran ayuda para los bosques que cada vez son más escasos en el país, donde se estima que 330mil árboles se pierden anualmente por efecto de la deforestación, en gran parte por razones comerciales.

Expertos afirman que la tasa de deforestación sería aún mayor si no fuera por el bambú. De acuerdo con el Ministro del Medio Ambiente de Zimbabue, anualmente se salvan 85mil árboles de ser talados gracias al uso del bambú. Esta planta ayuda a que personas como Natalia se vuelvan menos vulnerables a la pobreza al poder “cosechar” un bambú cada tres meses.

Como el bambú es resistente a la sequía por la propiedad que tienen sus raíces para crecer de forma profunda y les permite llegar a más agua bajo tierra, el bambú está siendo una gran alternativa para lograr países más sustentables con un beneficio medioambiental.

 

Vía: allafrica.com


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