2025: El año en que el sargazo volvió a ganarnos la batalla (pero ahora sí lo vamos a “tratar”)
- Planeta B
- hace 2 días
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Cada verano, las postales del Caribe mexicano compiten entre aguas turquesas y montañas de sargazo. Y aunque cada año promete ser “el definitivo” en la guerra contra esta alga invasora, 2025 ya se perfila como otro capítulo en el manual de cómo no contener el sargazo.
Pero tranquilos: ahora sí se va a construir una planta de tratamiento (en algún terreno aún por definir, claro).
Semarnat admite lo evidente: el sargazo será un dolor de cabeza en 2025
En conferencia mañanera, Alicia Bárcena, titular de la Semarnat, reconoció lo que ya cualquier turista con sandalias podría decir: el sargazo no se va, y 2025 será particularmente complicado.
Según Bárcena, la solución esta vez vendrá en forma de biogás. O al menos eso se espera con la construcción de una planta de tratamiento en Quintana Roo, proyecto que, por ahora, vive en la misma fase que muchas otras promesas gubernamentales: la de “buscar el terreno adecuado”.
“Queremos recolectarlo en el mar, cuando aún está vivo, porque en la playa ya llega descompuesto”, explicó, con la esperanza de cambiar el paradigma (o al menos la narrativa).
De la contención al abandono: la Marina y el sargazo
La Secretaría de Marina, a quien AMLO le encargó el tema desde 2019, ha recibido más de 400 millones de pesos para construir embarcaciones y colocar barreras. El problema es que, como los sargazos mismos, parte del equipo simplemente... quedó varado.
Buques sargaceros inactivos, barreras mal colocadas y falta de combustible han permitido que el alga llegue sin control a Playa del Carmen, donde, según expertos, la estrategia actual ha sido “un fracaso”.
Gobernadora y limpieza: mucho plástico, poco plan
Durante un enlace con Palacio Nacional, la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama, anunció con firmeza el inicio de la estrategia nacional de limpieza y conservación de playas y costas 2025-2030.
El enfoque: combatir el plástico, promover la educación ambiental y hacer limpiezas comunitarias. Muy loable, pero con el sargazo tapizando las playas, parecería que el guion no ha cambiado: cada actor improvisa mientras el escenario se desmorona.
Coordinación, voluntarios y un sargacero que flota... a veces
La Marina asegura estar desplegando 2,500 elementos para limpiar 63 playas en 17 estados costeros. También cuentan con 11 embarcaciones costeras y una oceánica.
Hay coordinación con hoteleros y empresas privadas, quienes –literalmente– ponen la maquinaria para recoger el alga. Todo suena bien... hasta que uno recuerda que esta estrategia es casi calcada a la de años anteriores.
¿Qué pensamos en #PlanetaB? ¿Y si esta vez tampoco funciona?
El sargazo es un problema ambiental, turístico y económico que lleva años exponiendo las grietas en nuestra política pública. La reiteración de estrategias incompletas –comunicadas con entusiasmo y ejecutadas con titubeo– solo prolonga el deterioro.
Prometer plantas, movilizar voluntarios, anunciar campañas y desplegar elementos no es suficiente cuando lo que falta es visión de largo plazo, transparencia en la asignación de recursos y responsabilidad compartida, no solo entre gobiernos, sino también con la industria turística que tanto depende de esas costas limpias.
La solución no llegará con más conferencias ni con más fotos de brigadas limpiando la playa. Exijamos un plan con plazos, métricas y rendición de cuentas.
Porque entre discursos y sargazo, lo que realmente está en juego es el futuro del turismo, la biodiversidad marina y la reputación ambiental de México. ¿Vamos a dejar que el mar nos siga ganando por inercia... o por negligencia?
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