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México es el segundo emisor de dióxido de carbono (CO2) en América Latina y el Caribe


Es crucial tener en cuenta que el CO2, el principal gas de efecto invernadero, puede perdurar en la atmósfera durante miles de años, lo que significa que la contribución de un país al cambio climático se evalúa principalmente por sus emisiones acumuladas desde el inicio de la era industrial, más que por sus emisiones actuales, como se señala en el Reporte de Economía y Desarrollo (RED).


A nivel global, entre 1850 y 2019, se emitieron 2,351 gigatoneladas de CO2 (GtCO2), resultado del creciente uso de combustibles fósiles, procesos industriales y cambios en el uso de la tierra.


En este contexto, los países desarrollados han contribuido con el 45% de las emisiones históricas acumuladas, mientras que América Latina y el Caribe representan solo el 11%, tal como se detalla en el informe.


Brasil lidera la región en emisiones históricas con casi el 5% del total global, seguido por México con el 1.8% y Argentina con el 1%.


Relevancia de las emisiones actuales de América Latina en la actualidad


En 2019, los países de América Latina y el Caribe fueron responsables del 10% de las emisiones antropogénicas (causadas por actividades humanas) a nivel mundial, según el último año con datos completos disponible al momento de elaborar el RED.


En ese año, la región emitió 5.9 gigatoneladas de CO2 equivalente (GtCO2e), con Brasil como el principal emisor, representando el 45.2% de las emisiones regionales, seguido por México con el 17.3% y Argentina con el 8.2%.


En cuanto a medidas positivas, se destaca el compromiso de México para modernizar el 40% de sus centrales hidroeléctricas y su estrategia de movilidad eléctrica.


Además, México es pionero en la región al implementar un sistema de comercio de derechos de emisiones para grandes industrias, actualmente en fase piloto, como mencionó Pablo Brassiolo, coautor del RED.


Por otro lado, existen grandes riesgos para la agricultura y la ganadería en México debido al cambio climático, dado que aproximadamente el 73% de las áreas de cultivo del país dependen de las lluvias y la capacidad del suelo para retener agua, y el 76% de estas áreas son explotaciones de menos de 10 hectáreas.


La variabilidad en las precipitaciones y el aumento de la aridez son problemas graves para estas explotaciones, según señala el RED.


Por último, el informe resalta que el cambio en el uso del suelo debido a la deforestación, el drenaje de humedales y la sustitución de pastizales naturales afecta gravemente a los ecosistemas y la biodiversidad en México.


Solo el 23% de la superficie nacional se conserva en su estado natural o seminatural, un porcentaje inferior al promedio regional del 45%.


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Vía: Agencias




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