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Mar de Aral: el adiós a uno de los grandes lagos


Para las personas que todavía se consideran escépticas cuánto afecta la actividad o estupidez humana, Uzbekistán es una de las pruebas de cómo estamos por acabarnos el mundo. Dicho país ubicado en Asia Central, cerca de Kazajistán y Afganistán es testigo de cómo las acciones de las personas terminan en el deterioro total de un ecosistema.

El ‘Mar de Aral’ es un lago endorreico o mar interior situado entre Kazajistán y Uzbekistán. Fue denominado mar pero ambos países son considerados estados sin litoral. Este lago fue llamado uno de los cuatro lagos más grandes del mundo con una superficie de 68 mil kilómetros cuadrados, aproximadamente 45 veces la ciudad de México (la ciudad de México tiene 1,495 km2, para que nos demos una idea).

En la actualidad, el mar de Aral ya sólo es un vestigio de lo que fue, un punto ya que ha perdido más del 90% de su tamaño original. Este hecho se ha calificado como uno de los mayores desastres medioambientales ocurridos en la historia actual.

El Observatorio de la NASA publicó unas imágenes tanto asombrosas como alarmantes de la desaparición del Mar de Aral; el lago que una vez fue comparado con similares como el Lago Superior en EUA, el Lago Victoria en África o el Lago Hurón, hoy después de décadas de ser drenado y explotado para riego ha desaparecido casi en su totalidad.

Esto sucedió principalmente por las actividades humanas. Hace muchas décadas, el Mar de Aral se alimentaba de dos ríos Syr Darya y Amu Darya los cuales fluían libremente, pero en 1960 la Unión Soviética decidió, en su gran inteligencia, desviar ambos ríos a través de una red de presas y canales para usarlos en campos de algodón y otros productos agrícolas.

Está acción fue la primera estocada y el punto inicial de una muerte anunciada. Los sucesos que continuaron fueron consecuencias de esta operación; a medida que el lago se secaba, la pesca y las comunidades que dependían de esto se derrumbaron. El agua se tornó más salada y contaminada por fertilizadas y pesticidas; con la ayuda del viento, la sal del lecho del lago se convirtió en un peligro para la salud pública y la degradación del suelo, ya que las tierras de cultivo tuvieron que ser lavadas con un mayor volumen de agua.

Para el año 2000, el Mar de Aral ya había perdido el 80% de su tamaño original. El lugar que alguna vez fue mágico y asombros y formaba parte importante de la industria de la pesca, hoy se ve erradicado dejando a las comunidades cercanas sin empleo. Este suceso no sólo afecta a las personas locales, los veranos se han vuelto más calurosos y los inviernos más fríos, ¿les suena familiar este hecho?

El lago continúa encogiéndose y secándose año con año y al paso al que va terminará por ser parte de la historia general que futuras generaciones sólo conocerán por imágenes y en los libros de texto. Si bien, actualmente hay proyectos para salvar lo que queda del Mar de Aral, las probabilidades de que el lago vuelva a ser lo que fue antes de la intervención humana son escasas.

 

Vía: Vox.com

Imágenes: NASA Earth Observatory

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