top of page

Sargazo ¿sostenible?: el giro de una pesadilla a una oportunidad ecológica.

Desde el 2011, el sargazo ha venido empeorando como una verdadera molestia en nuestras playas. Y todo parece indicar que la culpa recae en la gran cantidad de fertilizantes sintéticos que han invadido el océano Atlántico.


Estas algas marrones invaden las hermosas costas del Caribe, pudriéndose y desprendiendo un olor similar al de los huevos podridos, arruinando el turismo. En México solamente, 30 millones de personas visitan las playas cada año en busca de unas vacaciones de ensueño.


El estado mexicano de Quintana Roo se ha convertido en el epicentro de este desastre, con sus playas siendo el punto principal de llegada de este sargazo cada año.


El negocio redondo del sargazo


Pero no todo está perdido, porque científicos, miembros de la sociedad civil, políticos y empresarios han unido fuerzas para encontrar soluciones y convertir este enorme problema de residuos en una oportunidad para nuevos negocios ecológicos.


Una vez que el sargazo es limpiado de metales pesados, microplásticos, arena y otros desechos, se han encontrado múltiples usos para él.


Se puede ser convertido en biogás, utilizado como biofertilizante, empaques de celulosa e incluso en cuero vegano artificial. Sin embargo, aún no se ha establecido una ley nacional que regule la gestión del sargazo, ya que está atrapado en la burocracia mexicana.


El debate sobre quién debe costear la eliminación, la recolección costosa y el transporte de estas algas sigue en curso. A pesar de ello, México ha logrado convertirse en líder regional en la creación de una industria sargazo, y otros países del Caribe están ansiosos por aprender de los errores y éxitos comerciales de México.


Biogas la alternativa del sargazo más viable


A medida que las olas anuales de algas empeoraban a partir de 2011, Quintana Roo y los funcionarios municipales, políticos, empresarios, ciudadanos, investigadores y la Marina de México se unieron desde temprano para encontrar soluciones.


Desde entonces, ha surgido una próspera industria verde del sargazo. Todo comenzó con innovadores dispositivos de limpieza de playas y hoy en día incluye una variedad de instalaciones industriales dedicadas a procesar las algas en biogás, biofertilizantes, ladrillos, empaques e incluso productos para la industria cosmética.


"El sargazo tiene características interesantes como propiedades antibacterianas, antihipertensivas, antiinflamatorias y anticancerígenas", señala Rodríguez Martínez.


Uno de los pioneros en el negocio del sargazo es Miguel Aké, un ingeniero eléctrico de 73 años originario del centro de México.


Su empresa, NopaliMex, ha estado construyendo y operando plantas de biogás alimentadas con desechos de cactus de nopal y producción de aguacate durante años. Luego, en 2019, recolectó 45 toneladas de sargazo como experimento y transportó las algas a su instalación en Zitácuaro, en el estado de Michoacán, para realizar pruebas.


Para terminar


El sargazo ha pasado de ser una molestia que afecta nuestras playas a una oportunidad para el desarrollo de negocios ecológicos. A pesar de los desafíos que enfrenta, México se ha convertido en líder regional en la creación de una industria sargazo.


Aunque aún falta establecer una regulación nacional que aborde la gestión de este recurso, el trabajo conjunto de científicos, empresarios y políticos muestra un panorama prometedor para convertir el desafío del sargazo en una oportunidad sostenible.


La industria del sargazo está en constante evolución, y con la colaboración y el impulso continuo, tiene el potencial de convertirse en una solución económica y sostenible para enfrentar este desafío ambiental.


////////////


bottom of page