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Kiribati, ¿la nueva Atlantis?


Como ya sabemos el calentamiento global está elevando el nivel de nuestros océanos por el derretimiento de grandes glaciares, esto no es ninguna novedad pero lo que a veces puede pasar desapercibido son las consecuencias que esto acarrea… como la desaparición de países enteros.

El aumento del nivel del mar en los últimos años ha sido de 3.2 milímetros por año (casi el doble que la media de la década de los 80’s). Esta situación pone en peligro a muchos países costeros e islas, siendo las del pacífico las que sufren los efectos más dramáticos ya que su aumento del nivel del mar oscila entro los 10mm anuales.

Si han revisado un mapa del océano pacífico encontrarán un sinfín de islas, es un vasto territorio con diversos paisajes, clima biodiversidad y culturas. Como el océano pacífico es un territorio aislado y su acceso es complicado, durante siglos las comunidades se han adaptado para superar las condiciones de vida que implican vivir en una isla apartada. El problema radica cuando la capacidad de adaptación se ve superada por un peligro que parece no puede detenerse: el cambio climático. La erosión masiva de sus tierras, inundaciones, cambios en la química y temperatura del océano, así como el aumento de los vientos y olas gigantescas, son algunas de las adversidades que han tenido que luchar durante los últimos años.

Uno de los ejemplos más representativos son las Islas Salomón, el cual ha perdido cinco de sus islas y la población ha tenido que desplazarse a otros territorios del país. Actualmente hay 640 mil habitantes viviendo en el archipiélago donde cada uno de ellos vislumbra un futuro incierto. Las Islas Salomón son un claro ejemplo de cómo el mar sepulta la tierra, pero existen casos más extremos como la República de Kiribati.

Este pequeño país insultar es un archipiélago ubicado en la zona central oeste del océano Pacífico, al noreste de Australia. Está integrada por un grupo de 33 atolones coralinos y la isla volcánica de Banaba diseminados en un área de más de tres millones de kilómetros cuadrados. Entre ellos destaca Kiritimati (Isla Christmas), el atolón más grande del mundo y primer lugar poblado del planeta en dar la vuelta al calendario cada año.

Este país ha sufrido la misma desgracia que su vecino Salomón, perdiendo algunas de sus islas por el mar; aunque lo preocupante es que diferentes estudios demuestran la alta vulnerabilidad de este país por el incremento del nivel del mar y de acuerdo con las proyecciones el país desaparecerá bajo el agua en los próximos 30 años.

Actualmente existen principalmente dos opciones para enfrentar la crisis medioambiental: 1) implementar iniciativas para mitigar y prevenir el avance del cambio climático y 2) crear adaptaciones para reducir los efectos actuales… para Kiribati ya es muy tarde para cualquier de estas dos, ya que su desaparición es inminente. ¿Qué les diremos a nuestros hijos o nietos cuando en los libros de historia se revisen estos países como ciudades míticas como Atlantis?

Sin embargo, Kiribati está tratando de influir en la agenda global medioambiental ya que es uno de los participantes más activos del Foro de las Islas del Pacífico (PIF por sus siglas en inglés). En los últimos años, el PIF ha centrado su atención en los problemas ambientales debido al creciente impacto del cambio climático sobre sus territorios y la incertidumbre de su futuro. Si no se toman medidas, muy pronto otros países tendrán un destino similar. El que no suceda cerca de nuestro país y que sea un fenómeno ubicado a millones de kilómetros de distancia no quiere decir que no nos afecta o que seamos responsables.

PIF está orientado a tener un impacto global ya que las cuestiones ambientales que están sufriendo no son un problema local, este fenómeno se esparcirá a los grandes continentes si no hacemos nada. Uno de los puntos más importantes del PIF es que la contribución que hacen las Islas del Pacífico al calentamiento global en cuanto a emisiones de carbono per cápita son mínimas, sin embargo son quienes está sufriendo los mayores estragos por el descuida, negligencia y miopía de los países “desarrollados” (que de desarrollados tienen poco si son los principales autores del cambio climático). Igualmente los países en vías de desarrollo o tercer mundistas sueles ser los más afectados a pesar de no ser necesariamente altos contaminantes. Si bien la adaptación de las Islas del Pacífico es necesaria, no es suficiente para revertir los efectos del cambio climático.

Kiribati posiblemente sea el primer país forzado en desplazar a todo su población por razones medioambientales; adicional a perder sus casas y posesiones, aún no se tienen las instituciones o un marco legal preparado para asistir a las personas que próximamente se encontrarán en esta situación.

En septiembre del año pasado hubo un incidente con un ciudadano de Kiribati. Ioane Teitiota, quien vive actualmente en Nueva Zelanda se le negó el estatus de “refugiada climática”; una corte de dicho país falló en contra de la familia de Teitiota argumentando que su familia no calificaba como refugiados porque el gobierno Kiribati está tomando acciones para proteger a sus ciudadanos y que la situación en el archipiélago está siendo controlado por el momento.

De acuerdo con el abogado de la familia Teitiota, existe un gran riesgo en la isla por diversos factores como el incremento del nivel mar, la contaminación del agua potable y una alta posibilidad de ciclones que destruirían sus hogares.

El que un país como Kiribati acepte que está en riesgo, traerá una oleada de situaciones aún desconocidas; el caso de la familia de Ioane es sólo el comienzo, más y más personas estarán pidiendo asilo de este tipo en los próximos años. Aproximadamente existen casi 10 millones de personas viviendo en las Islas del Pacífico y aunque no todas están en la misma situación que Kiribati, muchas otras islas cambiarán sus estatus por ‘inhabitable’ próximamente.

Imágenes: National Geographic,

Vía: Washington Post, Natgeo


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