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Robo de arena en playas mexicanas: un delito y catástrofe ambiental


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Hace más de dos años reportamos sobre la práctica ilegal de robar arena para el sector inmobiliario; si bien el reportaje estaba enfocado en África, específicamente en Tánger, hoy también es una realidad en México.

Tan sólo en 5 años, entre 2013 y 2018, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) registró 89 denuncias por extracción o explotación de arena en México; en algunas casos, la extracción llevó a la modificación de ecosistemas.

Y esto es sólo de los que se tienen registro, y aunque la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) sólo tiene autorización de tres concesiones de extracción de arena en playas, la realidad es que el tráfico de arena es una práctica silenciosa pero con un alto impacto ambiental.

Jalisco, Oaxaca y Chiapas encabezan la lista y en algunos de los casos reportados son tan graves que se terminó por erosionar ecosistemas.

“...Extracción de material pétreo del lecho del Río Ameca (Nayarit), destrucción de mangle y modificación del cauce natural...". Además, existen casos documentados en Holbox, Cozumel y en Baja California Sur, donde el saqueo ha sido atroz.

La revista Obras abordó el tema del robo de arena en playas mexicanas y ejemplificó el caso de las playas de Baja California Sur, donde el precio por un metro cúbico de arena es de $200 pesos, esto es realmente una falta de conciencia; en primer lugar porque es u delito y en segundo por que el precio tan ínfimo que hace que conseguir arena sea bastante lucrativo para quien lo extrae como quien lo adquiere como las empresas inmobiliarias.

“...Es ‘casi irrisorio, en el mercado, su valor escala fácilmente; en especial, si es para exportación. En Estados Unidos se duplica o triplica el precio; es muy rentable...", advierte Saúl Chávez, del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Cibnor).

En entrevista para la revista Obras, Javascripter (ambientalista y experto en zonas turísticas, seudónimo por cuestiones de seguridad), en Holbox, “los camiones llegan de noche, cuando ya no hay gente en la playa. Nadie recuerda cuándo empezó el robo, pero sí que se realiza entre las 9 y las 11 de la noche, en las playas cercanas a Punta Cocos, en el lado oeste de la isla…”, dijo.

“...Entran con máquinas y volquetas, llenan el camión y se llevan la arena a otro predio particular. Después ya no queda nada; es un negocio...”, expresa Javascripter.

La extracción de arena se da desde el robo hormiga en pequeñas cantidades hasta los robos a nivel industrial. “...Hay poco registro, pero sabemos que se hace...”, dice Rodolfo Silva Casarín, del Departamento de Ingeniería de Costas de la UNAM.

“...En el Caribe, donde se tienen desarrollos muy importantes, si tu playa no es bonita como para la explotación turística, buscas cómo mejorarla. Me ha tocado ver hoteles que tienen su propia bomba de extracción. El problema, asegura, es que nadie vigila. México cuenta con cerca de 11,500 km de playa, y en zonas menos turísticas el control desaparece…”, aseguró Casarín.

La arena, junto con la grava y roca, es de los materiales con mayor extracción en el mundo para la construcción y por ser un recurso tan ‘disponible’ y de fácil extracción o robo, está dejando un gran problema detrás de sí.

Se necesitan alrededor de 200 toneladas de arena para hacer una casa de tamaño mediano; 1 kilómetro de carretera requiere 30 mil toneladas o una planta nuclear cerca de 12 millones de toneladas… en sí son cantidades exorbitantes las que se emplean para la construcción.

Recientemente el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicó en un informe que el consumo mundial anual de arena y grava supera las 40 mil millones de toneladas.

"…La arena es un recurso fósil que se forma lentamente y nosotros nos lo estamos acabando de forma acelerada. Estamos usando mucho más que lo que se consideraría justo, estamos usando arena como si sólo fuera para nuestra comodidad y conveniencia…”, dijo Kiran Pereira, quien fundó sandstories.org para crear conciencia sobre el tema.

Existen métodos que se están empleando para extraer la arena que son perjudiciales para el medio ambiente, como el uso de barcazas de draga de succión, que actúan como aspiradoras gigantes para absorber la arena del fondo del océano en aguas poco profundas.

“...Todo lo que bombea una de estas aspiradoras gigantes está esencialmente muerto. Hay estudios que muestran que los hábitats de arena no se recuperan en absoluto después de haber pasado por esto…", dijo Kim Detloff, jefe de conservación marina de la Unión para la Conservación de la Naturaleza y la Biodiversidad (NABU) en Alemania.

Esta práctica conduce a una erosión costera. Si se extrae una cantidad importante de arena puede hacer que la playa se deslice hacia el océano, sin dejar nada atrás que pueda proteger la orilla contra la fuerza de las olas.

Pero no todo el sector inmobiliario es culpable / responsable: diferentes actores de la construcción se han mostrado preocupados por los escasos recursos que el nuevo gobierno destinará a infraestructura en el 2019.

"...Limitado y de transición, es el presupuesto de este año. No hay mucho dinero en infraestructura. Vemos una serie de proyectos muy de relumbrón: el plan del Istmo, el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas... Es un gasto en infraestructura muy escueto...", dice Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).

“...Por ahora se tienen claros los proyectos prioritarios, pero no existe un flujo continuo de obras; el presupuesto (2019) refleja las carencias que se tienen en materia de planeación de largo plazo...", advierte Adrián Garza, analista de la calificadora Moody’s.

El problema medio ambiental.

Debemos unirnos para denunciar estos abusos, después será demasiado tarde; si perteneces al sector inmobiliario, busca que la arena a usar sea de fuentes sostenibles o emplea materiales más amigables con el medio ambiente.

Vía: Obras Imagen: Getty Images / Koron

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