El problema del desperdicio de alimentos es tan grande que 931 millones de toneladas de alimentos, es decir, el 17% del total disponible para los consumidores en 2019, terminaron en los basureros de hogares, minoristas, restaurantes y otros comercios. Esta pérdida es responsable de entre el 8% y el 10% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
A nivel mundial, cada año se tiran 121 kilogramos de alimentos por consumidor. Por lo tanto, hay comida más que suficiente para todas las personas, entonces… ¿por qué hay poblaciones que no tienen seguridad alimentaria?
¿Qué ocurre en México?
De acuerdo con el índice per cápita, México es el país del continente americano que más desperdicia alimentos, ocupando el sexto lugar a nivel mundial.
En total, la pérdida de alimentos anual asciende a 11,979,364 toneladas y 94 kilos por persona; esto es entre el 35% y el 40% de los insumos producidos se tiran a la basura.
La iniciativa privada, el gobierno y el tercer sector, se han habilitado diversos bancos de alimentos para recuperar los excedentes y distribuirlos a poblaciones vulnerables.
Existen campañas para invitar a las personas a planificar su dieta y evitar la compra de productos que no se van a consumir antes de su plazo de vencimientos.
Esto se trata no solo de un problema de sostenibilidad y seguridad alimentaria, sino que es también una cuestión económica que implica pérdidas de hasta 50 mil millones de pesos mexicanos.
En México, 55.7 millones de personas viven en la pobreza , de los cuales se considera que 28.6 millones padecen de inseguridad alimentaria y más de 10 millones padecen hambre crónica.
En México, 4 millones de hectáreas de tierra de cultivo se desaprovechan al producir alimentos que nunca serán consumidos.
Las desigualdades sociales y económicas impiden que todos los sectores de la población puedan acceder a una alimentación saludable.
La falta de infraestructura genera desperdicios a lo largo de toda la cadena de suministro porque no se cuentan con las condiciones adecuadas para mantener en buen estado los alimentos perecederos.
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Vía: FAO
Imagen: Adobe