¿Cruzar el mar Egeo? Ahora con recargo: el nuevo impuesto turístico en Santorini y Mykonos
- Planeta B
- hace 7 días
- 3 Min. de lectura
Mykonos y Santorini imponen un nuevo impuesto turístico de hasta €20 para cruceristas en temporada alta. ¿Un paso hacia la sostenibilidad o un simple negocio de alto mar?

Viajar por el Mediterráneo nunca ha sido precisamente barato, pero ahora, al encanto de las cúpulas blancas y los atardeceres perfectos, se suma un nuevo acompañante: el impuesto turístico.
Grecia, en su eterna lucha por salvar sus joyas del colapso por sobredosis de visitantes, ha lanzado una tarifa especial para cruceristas que desembarquen en Mykonos y Santorini. Porque si vas a caminar entre multitudes con selfie stick, al menos que pagues por el privilegio.
¿Cuánto cuesta ahora ese "like" en Santorini?
A partir del 1 de julio de 2025, todo viajero que llegue a Santorini o Mykonos en crucero deberá pagar un impuesto de €20 durante la temporada alta (junio a septiembre). Si decides ir cuando no es tan "Instagrammable" —digamos en octubre— el precio baja a €12, y si lo tuyo es la brisa invernal entre postales vacías, solo pagarás €4 entre noviembre y marzo.
El pago se realiza al desembarcar y, según las autoridades, los fondos serán destinados a proyectos portuarios y de infraestructura turística. Porque nada dice "vacaciones sostenibles" como pagar por bajarte del barco, ¿no?
Turismo masivo, residentes mínimos
En 2024, Mykonos recibió 768 cruceros y 1.29 millones de turistas. Todo esto, en una isla con apenas 12,000 residentes. Santorini, con 15,000 habitantes, vive una situación similar. Ambos destinos están saturados, y las autoridades griegas insisten en que este impuesto es una medida necesaria para preservar la calidad del entorno y, de paso, la experiencia del turista.
Como lo explicó Eleni Scarveli, directora de la Oficina Nacional de Turismo de Grecia en Reino Unido: se trata de “un equilibrio más sostenible entre el número de visitantes y la capacidad real de estos destinos”.
¿Un paso hacia la sostenibilidad… o una nueva tarifa premium?
En teoría, suena razonable: quien más consume, más contribuye. Pero en la práctica, el turista de crucero —ese visitante exprés que desayuna en el barco, pisa tierra tres horas y regresa sin dejar más que selfies y congestión— se convierte en blanco fácil para una tarifa que, con suerte, mitigue los daños que deja.
¿La ironía? Mientras se habla de sostenibilidad, las islas siguen vendiéndose como “imperdibles” en cada folleto de crucero y blog de viaje. Es un círculo vicioso donde la demanda no baja, pero sí sube el precio de pisar tierra firme.
¿Qué pensamos en #PlanetaB? Entre la preservación y el marketing verde
En tiempos donde el turismo masivo está poniendo de rodillas a ciudades y ecosistemas enteros, imponer tarifas puede parecer una solución sensata. Pero sin una estrategia integral —que incluya límites de afluencia, diversificación de destinos y beneficios tangibles para las comunidades locales—, estos impuestos corren el riesgo de convertirse en un simple peaje turístico disfrazado de responsabilidad ambiental.
Entonces, viajero, la próxima vez que te prepares para capturar ese atardecer en Oia, recuerda: el paraíso no es gratuito, y quizás tampoco es sostenible como lo pintan. ¿Vale la pena contribuir al desgaste de un lugar por una foto más? ¿O es momento de reconsiderar el tipo de turismo que estamos practicando?
Actúa con consciencia: infórmate, elige bien tus destinos y recuerda que la mejor huella es la que no se deja.
Comments